Sotol, Bacanora, Raicilla, Comiteco y Charanda.

Cuando hablamos de bebidas provenientes del agave, comúnmente nuestro pensamiento se inclina hacia los dos grandes representantes de México en el extranjero: el tequila y el mezcal. Y no es para menos; tan sólo en 2016, se exportaron 166.3 millones de litros de estos dos destilados, lo que representa un aumento del 51.4% en comparación con un año antes.

Sin embargo, hablar de la cultura del agave en México es un tema tan extenso como nuestra propia historia pues, a su manera, varios estados del país han encontrado diversas maneras para aprovechar las propiedades de esta noble planta; desde la fibra del maguey o ixtla, utilizada para hacer ropa, hasta la obtención de sus azúcares para la fabricación de una gran variedad de destilados.

Estas son algunas bebidas que han sobresalido en la cultura entorno al cultivo y destilación del agave.

Sotol

Esta bebida sólo se puede producir en Chihuahua, Durango y Coahuila, obtuvo su Denominación de Origen en 2004, y se elabora con sereque, una planta agavácea que crece en las zonas áridas del norte de México. Al igual que el tequila, el sotol admite la adición de otros azúcares y alcoholes hasta en un 49%, aunque también es posible encontrar marcas que venden sotol 100% puro. De acuerdo a su añejamiento, existen el sotol blanco (sin añejamiento), joven (reposado de 1 a 2 meses), reposado (al menos 2 meses de reposo), y añejo (al menos un año de reposo).
Por muchos años, el sotol ha sido utilizado por pueblos indígenas en ceremonias religiosas y como remedio medicinal.

Bacanora

La bebida representante de Sonora se produce solamente en el municipio de Bacanora y está hecha con una de las variantes del agave angustifolia, la misma especie de donde viene el agave espadín, pero que sólo se da en tierra sonorense. En su caso, únicamente permite la incorporación de otros azúcares hasta en un 20% y el envasado debe ser de origen, según su Denominación de Origen otorgada en el año 2000. Igualmente se le puede clasificar como blanco, joven u oro, reposado, y añejo.

Raicilla

No es ni mezcal ni tequila, es una bebida originaria de Jalisco que dignamente ha ido ganándose un lugar entre los destilados artesanales de mayor calidad. La diferencia radica en los agaves que se utilizan para su elaboración y en sus procesos de producción. Su textura es aterciopelada y su sabor es intenso. Aún no cuenta con Denominación de Origen y aunque su popularidad va a la alza, es difícil encontrarla a la venta fuera de las tierras jaliscienses.

Comiteco

Bebida alcohólica producida a partir de la fermentación de la savia del maguey comiteco, oriundo del municipio de Comitán de Domínguez, Chiapas, tiene una apariencia transparente con destellos plateados, su aroma es terso con un sabor cítrico herbal que deleitará tus sentidos.

Charanda

Es una bebida regional obtenida a partir de la destilación de la caña de azúcar o de sus derivados (melado, piloncillo o melaza).

Su tono es incoloro o ámbar, su maduración es en barricas de roble, su nivel de alcohol va desde 35% a 55%.Este destilado puede ser un gran acompañante de carnes.

Conocer más acerca de la cultura del agave, nos hace no sólo más cultos en materia de bebidas alcohólicas y destilados, también nos permite tener un acercamiento más profundo de México y nuestras tradiciones en distintos estados. Conocer más del mezcal y del agave, es conocer México.