La complicidad que hay entre el destilado de agave y la comida
La palabra “maridaje” se refiere a la unión amorosa que existe entre una pareja, si bien es un término que se emplea en relación al matrimonio, también se usa para describir el vínculo armonioso entre la comida y algunas bebidas. Hay quienes piensan que el que el maridaje se realiza solo con vino, pero este arte también se da entre la comida y los destilados.
Existen dos formas de maridar las bebidas con los alimentos, por complementación y por contraste. En la complementación, los sabores del platillo y la bebida se refuerzan entre sí, mientras que, cuando es por contraste, las diferencias entre el sabor del destilado y el de los alimentos hace resaltar las bondades de ambos.
Cuando se trata de maridar un mezcal, existe un sinfín de posibilidades, pues este destilado se puede combinar con sabores dulces, amargos, agrios y salados. De hecho, gran parte del auge en el consumo del mezcal se debe a su sabor ahumado característico y a sus diversas formas de mezclarse con otros ingredientes.
Si bien el maridaje con mezcal puede realizarse con gran variedad de sabores, los platillos tradicionales de la gastronomía mexicana son los principales que deben acompañarse con este exquisito destilado. La mayoría de los platillos nacionales incluyen en su receta condimentos que a la hora de mezclarse con el mezcal hacen la mancuerna ideal.
Nuestro mezcal joven, Mezcal Cómplice de Aventura, es ideal para maridar con carnes blancas, salsas con toques picantes como el mole y platillos condimentados. En algunos se integrará para complementar y en otros casos para contrastar los sabores. Mientras que nuestro mezcal reposado, Cómplice de Amor, es el compañero perfecto para postres y platillos con un toque dulce, como los chiles en nogada.