Pencas largas, afiladas y delgadas como espada
Lo común al elegir un agave para la elaboración de mezcal, después de la zona, es su capacidad para contener azúcar. Una vez que el maguey alcanza la madurez transforma su energía en azúcar, la que luego dará lugar al alcohol, al mezcal.
Su tamaño, altos azúcares y notas frutales y especiadas hacen al agave Espadín una elección constante para la siembra y producción de mezcal. Éste tiene gran cantidad de variedades, en cultivo o de manera silvestre. Si bien, esta especie tiene mayor presencia en Oaxaca, es cultivada en varios estados.
Hay muchos nombres para este agave, incluso se ha llegado a clasificar como otra especie, debido a la gran cantidad de variantes que tiene. Se le identifica regularmente como “Angustifolia”, este nombre viene del latín “Angusti”, que quiere decir estrecho. Maguey de mezcal, maguey mezcalero, lechuguilla y agave vivipara son algunos de los nombres con los que se le conoce, esto regularmente dependiendo de la región.
El mezcal espadín se ha posicionado en el mercado global con gran abundancia y la razón de esto son las cualidades de sabor y olor que ofrece. Sin duda, al degustar un mezcal espadín se debe hacer una pausa para reconocer los esbozos de frutas, especias y coco, aunados al delicioso ahumado que la tierra y la madera le dieron al ser cocido.
Cada botella de Mezcal Cómplice viene del agave espadín que nace en la tierra oaxaqueña de San Dionisio Ocotepec. Respetamos la tierra y toda la vida que da, por ello cuidamos con altos estándares la producción de nuestro mezcal.